RECEMOS POR LA PAZ
RECEMOS POR LA PAZ
Queridos hermanos y hermanas,
En estos últimos días nos hemos visto sacudidos por algo trágico: ¡la guerra! Varias veces hemos rezado para que no se tome este camino. Y no dejemos de rezar; es más, imploremos a Dios más intensamente. Por eso, dediquemos un día de oración y ayuno por la paz en Ucrania. Un día para estar cerca de los sufrimientos del pueblo ucraniano, para sentir que todos somos hermanos, y para implorar a Dios el fin de la guerra.
"Los que hacen la guerra, los que la provocan, se olvidan de la humanidad. No parten del pueblo, no miran la vida real de las personas, sino que anteponen los intereses partidistas y el poder a todo lo demás. Confían en la lógica diabólica y perversa de las armas, que es la más alejada de la voluntad de Dios. Y se distancian de la gente corriente, que quiere la paz, y que es la verdadera víctima en cada conflicto, que paga con su propia piel las locuras de la guerra. Pienso en los ancianos, en los que buscan refugio en estas horas, en las madres que huyen con sus hijos... Son hermanos y hermanas para los que es urgente abrir corredores humanitarios, y a los que hay que acoger.
Con el corazón roto por lo que está ocurriendo en Ucrania -y no olvidemos las guerras en otras partes del mundo, como en Yemen, en Siria, en Etiopía...- repito: ¡Silencio a todas las armas!"
Estas son las palabras del Papa Francisco: unámonos todos en oración...
Somos muchos, en todo el mundo: ¡esta gran familia AMASC ha sido siempre nuestro orgullo!
Así pues, tomémonos todos de la mano y recemos con fuerza y de todo corazón para que esta guerra sin sentido termine de inmediato y vuelva la paz...
Santa Madre Magdalena Sofía, ayúdanos a ayudar a los demás, con la oración y con la hospitalidad. Ilumina a los pacificadores para que obtengan la paz. Abre los ojos y el corazón de los que quieren la guerra para que comprendan que el mal nos destruirá a todos...
Paola del Prete
